Y LA DANZA EMPEZÓ A CAMBIAR EL LUGAR...
La Prof. Silvina Barbaro junto a alumnos de 2° y 3° año.
Las Escuelas y la Comunidad de Villada se unieron a los festejos.
La Prof. Patricia Campitelli nos invitó a reflexionar
sobre la construcción de nuestra Patria...
Existe una tradición, legado de la
Revolución, que define a la Patria
como un proyecto, y es que en Mayo de 1810 cuando nace la Política, como
sostienen algunos historiadores. Esta idea ejerció en el siglo XIX, su enorme
potencial transformador que presenta como desenlace la conformación
de un pueblo soberano.
La Metrópoli española, en franca
decadencia, generó una crisis en los lazos que la vinculaban con el Río de la
Plata. Era el momento oportuno para reemplazar una autoridad dictatorial como
la que ejerció Cisneros. Pero… ¿quién se haría cargo? ¿De qué manera destituir al
Virrey? Se dio el espacio y la voluntad de un grupo para encaminar entonces
aquella Nación como libre e independiente. La semana de Mayo fue el campo
propicio para enfrentar semejante tarea. En la mañana del 25, Saavedra surge
como el hombre fuerte de todas estas jornadas y lo acompañaron otros tantos
patriotas como Castelli, Moreno, Belgrano, Paso. La formación de la Primera
Junta cobró legitimidad al instante, por un pueblo sediento
de libertad
política y económica.
El clima que vivía la Nación por formarse,
no era el de los más fáciles, se parecía mucho a los momentos de angustia,
confusión, inseguridad, incertidumbre que presenta la crisis actual. Sin
embargo, la iniciativa de abrir un camino hacia la independencia era más fuerte
que cualquier obstáculo.
Cabe preguntarnos entonces: ¿qué nos
separa de aquel momento? ¿Es que pretendemos otra cosa? ¿por qué nos cuesta
tanto asumir un cambio? ¿Es que no queremos estar mejor? Quizás me puedan
responder que la Patria ya está hecha. Y nos repreguntamos… ¿está hecha la
Patria?
Aquí voy a parafrasear un debate que
mortificaba a Juan José Castelli luego
de la Revolución, cuando él se interrogaba... ¿Qué nos faltó para que la utopía
de Mayo venciera la realidad? ¿Por qué muchos de los que gestaron la revolución,
traicionaron la utopía? ¿Escribo la historia de una carencia, no la carencia de
una historia?
Es probable que una de las grandes
diferencias que nos separa, es que para aquellos hombres de Mayo, el proyecto
de la Patria fue un proyecto en común. Para Belgrano, Moreno, y tantos
otros, era preciso corresponder a la confianza del pueblo, y lograr un único
objetivo: el bien público.
Claro, que los tiempos cambiaron, y
los proyectos de país también. Las modificaciones del Estado argentino han
ocurrido al compás de los cambios internacionales y de los intereses criollos.
Luego de las desgarradoras luchas de la independencia, de la consolidación de
ideales de independencia, de abiertos
enfrentamientos entre el interior y Buenos Aires, el devenir del tiempo nos ha mostrado
cómo nos hemos convertido de un Estado liberal oligárquico a fines del siglo
XIX y principios XX a un Estado de
bienestar con el peronismo y la democracia social, de un Estado desarrollista en los años '60 al
Estado terrorista de los '70, hasta desembocar en un Estado neoliberal en los '90. Y hoy, seguimos en la búsqueda de un rumbo difícil de encauzar tras los
debacles que nos deja este mundo globalizado, unido por las tecnologías, pero
cada vez más fragmentado. Cada una de estas “Patrias”, la suma de estas
divisiones, han dado por resultado que el ideal de Moreno y Belgrano siga sin
cumplirse: hoy tenemos una polarización social tan desproporcionada como nunca
la historia había mostrado.
Tan solo acabamos de cumplir 200 años,
podríamos decir que Argentina, es un ensayo de país, una Patria que quiere
nacer. Esta apreciación se sostiene en
la evidente falta de unidad nacional, alentada por los diferentes momentos de
la historia; protagonizada inicialmente por la “patria” de los Saavedristas
frente a la “patria” de los Morenistas, luego por la “patria" porteña,
unitaria, vs. la “patria” del interior, federal,
después la “patria” del gaucho vs. la “patria” del inmigrante, la
“patria” de la oligarquía y la de los
obreros, la “patria” de los peronistas y la de los radicales, la de los
militares azules y colorados, la de los
peronistas y antiperonistas, la de la gente K y no K, la del Grupo
Clarín y la del 6,7,8, la “patria” de las alianzas que lejos quedaron de ser
alianzas… la Civilización
frente a la Barbarie ,
han segmentado y debilitado sueños, utopías, destinos y también realidades. ¿Esta
es la respuesta que buscamos?
Es muy bueno plantear como punto de
partida que la Nación
se conforma de intereses heterogéneos y hasta contradictorios, la oposición es
saludable, pero la gran cuestión es cómo se organiza esa disputa de intereses y
de políticas para que no suponga exclusión del contrario. Y seguimos
repreguntándonos: ¿es un problema de la política argentina o es un problema
cultural? ¿Es un problema de los que nos dirigen o es un problema de todos?
La frase que nos acompaña en este
acto, señala algo clave de nuestro quehacer: “Los destinos de una Nación, se
construyen todo los días con actos cotidianos”. Estimo que aquí está la
gran respuesta. Es hora que las patrias sectoriales o regionales se extingan. La
Argentina debe ser
un país para el conjunto de la sociedad, un lugar de identificación y de
aprovechamiento integral de los frutos de su riqueza y de su cultura para todos
los argentinos. Quizás sólo entonces la palabra “patria” tenga algún
sentido, y nos estaríamos acercando a los ideales morenistas.
En su último libro la psicóloga Pilar
Sordo plantea qué es envejecer. Y una de las respuestas que relevó en su
investigación menciona que envejecer es tener más recuerdos que proyectos. No
pude dejar de considerarlo en esta fecha, pues nos puede hacer revisar ciertos
aspectos. Sí sabemos que no somos un país viejo, ¿pero tenemos proyectos? Nos hemos equivocado
y mucho, pero ¿nos quedamos solo en el recuerdo de lo que fue? ¿Hacia dónde
vamos? ¿Nos preguntamos hacia dónde queremos ir? Es un compromiso de todos
repensarlo y actuar en consecuencia.
Creo que es hora de darnos cuenta de que
una Nación no se construye con grandes discursos, sino asumiendo cada uno desde
su lugar, compromisos leales, solidarios y constructivos. Asumiendo las
responsabilidades que nos cabe a cada uno: como padres, como trabajadores, como
autoridades, como docentes, como alumnos, como hijos, como abuelos. Asumiendo
un rol activo y no de mero especulador o crítico de una situación en la que
nada aporto si no busco con otro la solución.
La historia nos reúne hoy con una
mirada esperanzadora hacia el futuro mediato. En Villada hay mucha gente que
desde el anonimato construye la pequeña patria con esfuerzo cotidiano, con
dignidad, con solidaridad. Sin embargo nos viene faltando un nuevo relato que
nos una en un sueño compartido, y que no sea sólo el de ser campeones del
mundial de fútbol.
Confío una vez más en que esta fecha nos convoque a una nueva
revolución. La necesitamos. Las reflexiones son necesarias, pero junto al
debate. Es hora de actuar… para volver a luchar con responsabilidad por lo que
se quiere, para no vivir lo que no queremos.
La música y la danza, de la mano de artistas locales y un grupo de nuestros alumnos, cerraron los festejos.
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