jueves, 29 de agosto de 2013

"Dr. Julio Maiztegui, muchas gracias por su nombre."

Hoy, 29 de agosto, conmemoramos el 20º Aniversario del fallecimiento del Dr. Julio Maiztegui.
Había nacido un 25 de agosto de 1931 en Bahía Blanca. Fue un investigador y científico egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires en 1957 y graduado de Master en Salud Pública en la Universidad de Harvard en el año 1964.
Casi toda su labor científica la desarrolló en Pergamino, siempre abocado al estudio y al control de la Fiebre Hemorrágica Argentina, también llamada Mal de los Rastrojos, enfermedad producida por la laucha o ratón de campo. Trabajó con la estrecha colaboración de diferentes organizaciones locales y de la comunidad de la zona rural afectada por esta enfermedad, de la que supo ganarse el afecto y el reconocimiento.
Maiztegui contaba con sobresalientes condiciones naturales, una privilegiada inteligencia, voluntad, tesón y dedicación. Su humildad y sencillez eran las de los grandes. No quería que lo alabaran. Siempre hablaba de los demás. Se relegaba a sí mismo a un segundo plano. Era un ser querible. Daba la imagen de un ser bondadoso, pero con disciplina y autoridad para  lo suyo. Salvó la vida de muchos “paisanos” como le gustaba decir a Maiztegui, con una mezcla de respeto y admiración cuando se refería a sus compratriotas. La muerte lo sorprendió sin haber concretado todos sus objetivos, pero sin embargo, viendo en acción uno de sus grandes anhelos: el de la vacuna Candid I.
Su desaparición física, el 29 de agosto de 1993, a los 62 años significó una gran pérdida para la comunidad científica argentina. 


Por algunos años nuestra escuela no contó con un nombre. En los últimos años de gestión de la primera directora del Establecimiento, Prof. María Esther Martínez de Bleynat, surgió la necesidad de darle uno. Es por eso que de reuniones mantenidas con los docentes del establecimiento dos fueron los nombres propuestos: “Héroes de Malvinas” y  “Dr. Julio Maiztegui” y enviados al Ministerio de  Educación para su análisis. Toda la Comunidad Educativa, así como también la Supervisión, bregaban por este último.
Para poder otorgar un nombre a un establecimiento educativo, debe haber pasado cinco años del fallecimiento de la persona. Por esa razón la asignación del nombre no fue inmediata y se hizo esperar. Mediante el Decreto Nº 1841 del 13 de agosto de 1998,  el Gobernador de la provincia, Ing. Jorge Obeid, decretó se le impusiera el nombre “D. Julio Maiztegui” a la Escuela de Enseñanza Media Nº 369 de Villada.
Ante tanto adulto indeciso y temeroso, ante tanto adolescente confundido a la hora de escoger modelos de vida, el Dr. Julio Maiztegui es una persona que se puede proponer con una certeza absoluta. Honesto, perseverante e inflexible, convencido y convincente, entregó su vida por una sola causa: nuestra salud.


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