miércoles, 10 de junio de 2015

25 de mayo - Acto en Conmemoración de la Revolución de Mayo de 1810



YO SOY MI FUTURO Y SOY MI AYER
YO SOY MI PASADO Y SOY MI DESPUÉS
SOY LIBRE Y DICHOSO POR ELECCIÓN.
SOY LA MANO QUE QUIERE AYUDAR.
NO HABLO SOLO DE MI, CUANDO DIGO QUE SOY
TE HABLO DE ESE LUGAR, DONDE NACE EL AMOR QUE SUEÑAS.












Imaginemos juntos: Buenos Aires… 25 de mayo de 1810, un cabildo de adobe y tejas,  a su alrededor  algunos edificios chatos, damas de miriñaque y un centenar de criollos que exigen el fin de la tutela española y la expulsión del virrey. Las voces resuenan con la fuerza de los cambios: EL PUEBLO QUIERE SABER DE QUÉ SE TRATA.
Sigamos imaginando ese día nublado y quizás lluvioso, como tantos del otoño porteño. Un vecino resuelve pasarlo junto al río, pescando. Regresa a la tardecita a su casa quizás con algún pescado para compartir con su esposa e hijos… nada importante ha sucedido. Ese porteño pudo haber sido uno de los tantos que no se enteró de nada de lo que ocurrió en aquella jornada.
De los 40.000 habitantes que tenía Buenos Aires por 1810, sólo un 1% participó del Cabildo Abierto del 22 de mayo, aquella trascendental reunión en la que se asentaron las bases conceptuales y jurídicas que fundamentarían el relevo del virrey y su reemplazo por una junta designada ¬o más bien, asentida¬ por el pueblo. Es probable, entonces, que la asamblea reunida más o menos tumultuosamente frente al Cabildo en la mañana del 25 de Mayo, no haya tenido un rating muy superior: 1000 o 1500 vecinos, como máximo. Nuestro pescador habría formado parte, pues, de la enorme mayoría que nada tuvo que ver con la transición del sistema colonial a un régimen nuevo, implícitamente comprometido con la independencia de estas tierras.
Tanto en la reunión abierta del 22 como en el compromiso adquirido el 25 de Mayo por los componentes de la Junta, se dejó claramente sentada la necesidad de convocar a los representantes del pueblo de las restantes ciudades del virreinato para que homologaran lo decidido por el de Buenos Aires. Y en este reconocimiento venía implícita la idea de federalismo y también la noción de la integridad del virreinato.
De nada de esto pudo enterarse el vecino que imaginamos en la tarde de esa jornada, regresando a su casa con un par de pescados al hombro... Pero seguramente tardó muy poco tiempo en advertir que lo sucedido ese día también involucraba su propia vida. Porque de comienzos protagonizados por algunos pocos, pueden venir cambios trascendentales como los que conlleva la creación de una nueva Nación. Nada más ni nada menos.
Mariano Moreno -uno de los más esclarecidos patriotas de la Revolución de Mayo y cuyo nombre se eligió para nuestra Biblioteca Popular que festeja sus jóvenes 10 años- reivindicó valores todavía vigentes: la importancia de la instrucción y la educación como método contra las tiranías, la necesidad de vigilar la conducta de los representantes, los reparos ante las injerencias del extranjero y la necesidad de una organización federal en el gobierno.
Hoy nace nuevamente nuestra Patria, deseosos de resignificar la metáfora de nuestro origen, el mito de creación que nos permite imaginarnos unidos en los avatares de estos 205 años de vida. Hoy la revolución de 1810 se presenta como una salida del pasado colonial, que no solo propiciaba un cambio de gobierno sino que daba sentido a una experiencia inédita: un llamado a producir transformaciones que reconocían principios y valores como la Libertad, la Justicia y la Igualdad.
Hoy no podemos regresar a nuestros hogares y decir que no sabemos qué nos acontece como Nación, como aquel vecino que fue a pescar el 25 de Mayo… Vivir en democracia es un acto cotidiano que no se resuelve en lo individual; el trabajo en equipo, la coherencia y el compromiso ciudadano son instrumentos necesarios para el funcionamiento de lo que nos rodea.
Y como escuchamos hoy: “Somos tan distintos e iguales/ Somos el que siente y el que no está /Todos somos uno con los demás /Soy mi pasado y soy mi después /Soy libre y dichoso por elección…” Somos argentinos por nuestro pasado, por nuestro después, pero es este hoy que nos reclama no claudicar, no negociar, no ocultar, no silenciar… sí trabajar, soñar, crear, producir, enseñar, aprender… vivir como ciudadanos libres enese lugar donde nace el amor que sueñas”: la Argentina.
 Prof. Sonia A. Nieto 

Número artístico a cargo de alumnas de 1º y 2º año coordinadas por las Prof. Verónica D'Alleva y Silvina Barbar.


¡¡¡VIVA LA PATRIA!!!

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